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Una Administración Complicada
La administración de Obama tiene una mezcla complicada de impactos ventajosos y dañinos para los inmigrantes indocumentados. Cuando Obama se eligió, la comunidad inmigrante tenía muchas esperanzas de que hubiera cambios ventajosos. Esperábamos que apoyara al Dream Act que le daría un camino hacia la ciudadanía a los jóvenes indocumentados que fueron traídos a los EEUU cuando eran niños, también conocidos como los Dreamers. Sin embargo, para los inmigrantes y Dreamers, Obama es conocido por dos cosas: deportaciones y DACA. En esta primera parte, nos enfocaremos en los impactos dañinos de sus políticas.
Más Centros de Detención
Una política dañina de la que casi nunca se habla es la expansión que hizo la administración de Obama de centros de detención -que básicamente son cárceles- para las familias buscando asilo. Bajo su administración, hubo un contrato de un billón de dólares con Corrections Corporation of America (CCA por sus siglas en inglés) para construir centros de detención para las mujeres y sus hijos que llegaban a la frontera. Antes de esta política de detención, los que buscaban asilo político podían vivir en cualquier parte del país mientras completaban el proceso de pedir asilo.
Para el contexto, es importante entender la diferencia entre los inmigrantes y los refugiados. Los inmigrantes son jalados a los EEUU con la esperanza de tener más oportunidades para avanzar económicamente y obtener una mejor educación para sus hijos. Por el otro lado, los refugiados son empujados de sus países, huyendo de condiciones que ponen a sus vidas en peligro. En Estados Unidos, los refugiados tienen el derecho legal de buscar asilo, por lo tanto no son sometidos a la deportación como lo son los inmigrantes sin documentos. Sin embargo, los que llegaron a pedir asilo fueron detenidos como si fueran criminales, no personas buscando ayuda humanitaria.
Antes de esta expansión, era muy raro que un refugiado fuera detenido; de hecho, al principio del cargo de Obama había menos de 100 espacios para la detención de familias. Pero mientras llegaban más refugiados, la administración aumentó la detención para desanimar la llegada de más migrantes. Esta política de desanimar a los refugiados y encarcelarlos cuando llegaran estableció el precedente para las violaciones de derechos humanos que Trump después empeoró.
Deportador en Jefe
Cuando Obama asumió su cargo, su predecesor, George W. Bush tenía la tasa más alta de deportaciones en la historia de los EEUU, habiendo deportado a más de 2 millones de personas durante sus 8 años como Presidente. Sin embargo, Obama lo rebasó ya que él deportó a más de 3 millones en el mismo lapso, deportando más o menos un millón más que Bush.
Ivan Segura, quien ha luchado por los derechos de los latinos en Carolina del Sur por más de 20 años, recuerda que las políticas de inmigración de Obama se suponían que eran mejor para la comunidad, pero no fue así. “A Obama le llamábamos el deportador en jefe por tanta gente que deportó.”
El aumento de deportaciones fue debido a que Obama agrandó un programa de Bush llamado ‘Secure Communities’. Bajo el mando de Bush, este programa permitía que los departamentos de policía cooperaran con agencias federales para deportar. Bajo Obama, esa colaboración se hizo obligatoria en todo el país. La consecuencia de este cambio: una parada de tráfico o un accidente automovilístico podría resultar en una deportación.
Marty Rosenbluth es un abogado de inmigración con Polanco Law Firm que se ha enfocado en las defensas de deportación por los últimos 13 años. “Mi crítica de la administración de Obama es que decían una cosa y hacían otra. O eran increíblemente deshonestos o increíblemente ignorantes de lo que estaba pasando en realidad.”
“Durante los últimos 4 años, la gente me ha preguntado ‘¿Quién fue peor, Obama o Trump?’ Depende de quién deportó a su ser querido. A las familias de los deportados, no da ningún consuelo si Trump fue peor.” – Marty Rosenbluth
Marty recuerda un evento para la comunidad en el que una representante de Obama hablaba sobre su supuesta política de solo enfocarse en deportar a personas condenadas por delitos graves y no a familias. Una activista la interrumpió y le preguntó al público de más o menos 350 personas si ellos conocían personalmente a alguien que fue deportado por manejar sin licencia u otro incidente de tráfico y “cada mano en el público se levantó.” Marty agrega, “la representante siguió como si nada, no reconoció, no admitió que todos sabían que estaba mintiendo. Esto lo mirábamos una y otra vez.”
La esperanza de que Obama nos ayudara se desvaneció rápidamente. Ivan expresó que sí hubieron cambios positivos para los inmigrantes y la gente de color, por ejemplo más oportunidades en puestos de liderazgo y más diversidad en general. Pero absolutamente nada cambió para los inmigrantes más marginalizados. “La gente de nuestra comunidad, la persona que está en su casa, que no tiene documentos, que anda manejando asustado, que piensa que un día no va a llegar a su casa y sus hijos un día no lo van a ver… [Para] esa gente la situación seguía siendo la misma.”
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